14 abr 2013

Mi archi-enemigo...

El resto del titulo lo encontrarán al final del texto.

Había regresado de ver el video musical más caro de todos los tiempos (aka Tom Cruise's Movie #56, Aka Oblivion), con un hambre feroz como pocas veces he tenido. Buscaba en la cocina tratando de imaginar un platillo delicioso, un platillo tan delicioso creó mi mente; que dejaría a los banquetes servidos en el mismo Valhalla como un puesto de quesadillas en un tianguis.

Mi cuerpo empezó a temblar, un miedo empezaba a invadir mi torrente sanguineo, la adrenalina empezaba a subir, habían pasado treinsta segundos del inicio de mi expedición en la jungla de sartenes y especias. Pasó el minuto completo, en  ese lapso, pude verificar que los quemadores no albergaban ningun tipo de molde metalico en el que pudiesen cocerse algún tipo de alimento; no había nada en la estufa. Rapidamente recorrí el espacio entre esta y ese frío golem que almacena nuestro sustento.

-¡No, no, no!
   Dije esto al zig zag que mis brazos hacian dentro de este gelido almacen

No estaba pasando; una, dos, tres veces al menos, mis dedos tocaron los mismos recipientes. Mis ojos subían y bajaban al ritmo de mis respiración.

Izquierda, derecha, abajo, arriba.
  Le dictaba mi cerebro a mi cuerpo. Pero las leyes de la fisica jamás han estado de acuerdo con nuestros más profundos deseos; nada apareció. adios costillas, adiós Valhalla

Algo se había roto en mi interior, no era mi estomago, no, el resistiría un poco más. Creí caer en un vortice, sentía como todos mis sueños eran tragados por un agujero negro indescriptible, una oscuridad tan ensordecera que dolería escucharla. Todo había acabado, luego la voz. Una voz tan angelical, tan blanca, como si alguien mudo en realidad reservara su voz, una voz que desarmaría ejercitos, que quebraría el mismo cielo de solo ser entonada.

Aquella voz me indico que aun había una esperanza congelada, pero era antigua, de dos ciclos solares atrás. ¿Podría hacerlo? ¿Era capaz de tomarlo para mi supervivencia?. Hasta los hombres mas fuertes ven doblegada su voluntad, cuando su supervivencia se ve amenazada. Pero, ¿como lo preparaba?, no me quedaban fuerzas para ponerlo sobre el fuego, mucho menos sabía como hacerlo. ¿Cual era mi ultima opción? ¿Siquiera había una?, pero mis interrogantes se vieron cegadas por una forma, un volumen tan extraño como igualmente conocido. Una sonrisa con un cuchillo detrás de esta, una sonrisa imposible

-No puede ser, nuestra historia terminó hace muchos años, ¿como te atreves a presentarte?
  Dije con una voz incredula

Mi interlocutar no respondió, jamás lo había hecho. Pero en esos ojos el veía mi desesperación, y yo en los suyos miraba mi última esperanza, y él lo sabía. ¿Volvería a confiar? ¿Por qué ha vuelto aquí?. Cuestiones aparte, mis brazos empezaban a ceder, después mis piernas flaquearon, el resto de mi cuerpo solo seguía el compas que dictaba mi necesidad. Él solo extendió sus brazos, y recibió lo que los mios tenían.

Después un rayo, otro, uno más, blancura luego calor. Todo giraba, el sonido de las estrellas chocando entre si era su voz. Luego el big bang, mis dedos acariciaron el producto primigeneo. Era ahora o nunca. Empecé a deglutirlo cual reptil hace con un pequeño ratón.En mi primera parada para robar una bocanada de aire más, sentí el asco, después el remordimiento, lo único que pude decir fue.

- Maldito seas microondas, ¿Por que siempre calientas la comida de forma asquerosa?.

Fin...

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